¡Hola! ¿Cómo te está tratando la vida?
Yo no me puedo quejar, últimamente todo va según mis expectativas, pero precisamente de eso quería hablarte.
¿No te pasa que todos tienen expectativas sobre ti?
Si no te pasa, posiblemente sea porque la mayoría de las veces la gente no las tiene.
Pero oye, si tú vienes aquí lo mínimo que esperas es que te sirva un café, ¿cierto?
Quiero decir, puede que no esperes explícitamente un café, pero sí esperas sentarte y que yo comience a contarte mi vida o, en su defecto, te pregunte por la tuya.
De la misma manera, si tu amiga sube una foto a las redes sociales, posiblemente espere de ti que le des "me gusta". Si tu amiga viniera a contarte su último día y cómo le ha hecho sentir, es probable que implícitamente esperase una respuesta, opinión o, en caso de haber sido un mal día, un mensaje de apoyo.
Pues de eso mismo quería hablarte yo: de todas esas veces donde esperamos de otros un mensaje que no llega, o al revés, cuando las personas esperan de nosotros determinados estándares (como la respuesta o mensaje de apoyo que te comentaba antes) y no llega.
Es probable que el sentimiento que despertamos o nos despierta el mundo sea la decepción (y no digo que no sea lo suyo), pero quiero recordarte algo que a menudo me digo a mí mismo:
"No somos responsables de las expectativas que el resto proyecta sobre nosotros."
En serio, si nuestra amiga esperaba que saliera de nosotros, qué sé yo, invitarla a un café porque su monólogo ha sido de alguien que lo está pasando francamente mal (y ojo, porque no quisiera en absoluto menospreciar el sentir de alguien que es importante para nosotros) y no lo hacemos y por ello nuestra amiga se enfada, hablando claro:
"Ya tiene dos faenas: enfadarse y desenfadarse."
Así que lo dicho, y siempre desde la asertividad y la responsabilidad afectiva, pero si alguien proyecta sus expectativas en ti... dos faenas tiene.
Cuídate mucho.