Hola, nuevo amigo, ¿amiga quizás? ¿pudiera ser que ninguna de las dos opciones en estos tiempos que corren?
Sea como fuere, me encantaría darte la bienvenida a este humilde blog, a esta... cafetería. Bueno, técnicamente no es una cafetería, es un espacio virtual, pero... pongámosle un poco de imaginación, ¿vale? Para que veas que me lo tomo enserio, te confesaré que ahora mismo tengo una taza frente a mí. Mira, solo quiero que sepas que este es un primer paso hacia nuestra nueva amistad. Sí, nueva amistad, eso he dicho, ¿he sonado atrevido quizás? No me arrepiento.
Sabes, hoy en día, en un contexto tan... raro como es el de 2022, ya sabes, guerras, pandemias y bueno, en definitiva, un mundo más semejante a una distopia, creo que solo podemos sacar una única lección en claro: Nada se puede dar por hecho, y cuando de nada hablo a precisamente nada me refiero. Pero antes de todo esto... habían cosas, personas sobre todo, que daba por hecho en mi vida. Echando la vista atrás... y dándole vueltas como se las doy a este café... tan solo se me ocurre una palabra: Nostalgia.
Nunca he sabido describir con exactitud un término como este, ¿sabes? Sí, claro, todos podemos ir al diccionario y encontrar una precisa definición del término en sí mismo, pero enserio, ahondemos más en esto, ¿Qué es para ti la nostalgia?
Para que entiendas a lo que me refiero, imagínate con una máquina del tiempo, viajando 5 o incluso 10 años en el pasado. Ahora, mira a tu casa de aquel entonces, ¿Qué sientes cuando ves a tu yo de hace ese tiempo entrando por la puerta de casa? ¿Quizás sientas un tímido cosquilleo en el corazón? Para mí eso es la nostalgia.
Mira, hace ya años que dejé atrás mi instituto, vaya una época de aprendizaje y emociones fuertes... fue un paso muy importante para mí, y es por eso que cuando me imagino el primer día de bachiller, ese cosquilleo en el corazón... Esa triste alegría, esa tímida añoranza de quien no quiere pero irremediablemente deja ir, cediendo al paso del tiempo lo que le pertenece. Amistades, lugares, sentires que quedan en un reducto de nuestra alma, como una estantería con los tomos más íntimos que ha recabado nuestro ser...
Pero no todo ni todos logran llegar a esa estantería. Y de eso es de lo que te hablo yo. Y a ti, ¿algún lugar, o, mejor dicho, alguna persona te hace vibrar o sentir de esa manera?
Debo irme, pero espero verte pronto de nuevo por esta cafetería y que, con suerte, algún día volvamos juntos a revivir esta conversación, para que esta humilde charla pueda ocupar un lugar en tu estantería.
Hasta pronto.🧡